lunes, 21 de octubre de 2013

El rol del maestro

Jamás me habría imaginado que el papel del maestro fuera tan difícil y relevante a su vez. Gracias a las lecturas de Jaume Carbonell  y otras secundarias ¿Qué cualidades debe tener un buen maestro?  he podido profundizar en la materia y sacar mis propias conclusiones para ser  una buena maestra. 

Casi todos nos hemos formado en una escuela tradicional, donde el maestro hacía único uso de su libro de texto, vivía solo por y para su asignatura y tendía a refugiarse  en su aula. El maestro del siglo XXI es un ser lleno de motivación, de entrega y creatividad, donde la innovación es sinónimo de "maestro constructivista". 

Este profesorado innovador sabe crear entornos de aprendizaje y provocar la curiosidad del conocimiento. No solo el aula es espacio de aprendizaje, la cultura en sí es conocimiento. Por lo tanto, el buen profesor utilizará diversos recursos para un aprendizaje más práctico: hará salidas a museos, parques, espacios de cultura general o el mismo patio del colegio. Es en estos espacios donde el alumno podrá interactuar  con otros, reflexionar y hacerse preguntas sobre el medio que les rodea. “El conocimiento se logra a través de la experiencia”.

A mi parecer, el papel de la escucha es muy importante. A través de ésta, podemos conocer al alumno en profundidad: saber de dónde viene, quien es su familia, que deseos y motivaciones tiene o que quiere lograr en la vida. El diálogo entre maestro y alumno es fundamental.

También es muy importante educar a través del amor y la confianza. Por esta razón, pienso que ser docente es muy vocacional y a la vez un gran camino para la autorrealización. Si sabes guiar al alumnado por una buena trayectoria, es decir, haciendo que éste desarrolle al máximo sus capacidades y posibilidades; el alumnado agradecerá y valorará esta cercanía, entrega y el ejemplo que da el buen maestro.

La mejor manera de educarles, aparte de transmitirles los conocimientos impuestos en dicho curso, es enseñarles a pensar, a desarrollar su córtex cerebral, a hacerles dudar, a que se hagan preguntas. Como sostiene Jacques Rancière en El maestro ignorante: “Este es el secreto de los buenos maestros: a través de sus preguntas, guían directamente la inteligencia del alumno lo bastante discretamente para hacerle trabajar, pero no hasta el extremo de abandonarla a sí misma”.

Un valor a destacar del buen maestro es la humildad, porque con ella podemos transmitir al alumnado que todos somos humanos y no solo ellos se equivocan. También, hacemos uso de este valor a la hora de introducir los alumnos más desfavorecidos en nuestra escuela, en nuestro corazón. Como dijo Dewey: “La escuela es como una sociedad en miniatura donde se lleva a cabo el aprendizaje de la democracia y el acceso a una ciudadanía libre, crítica y responsable”.

Por último, y no menos importante, destacamos Las Tecnologías de la información y la Comunicación (TIC). El maestro ha de saber aplicarlas e integrarlas haciendo buen uso de ellas. Éstas, brindan enormes posibilidades para el intercambio y la cooperación, consiguiendo tres componentes fundamentales: contenido, pedagogía y tecnología. Es el llamado modeloTPACK. Cualquier profesor que quiera impartir sus clases con tecnología, este modelo le es fundamental y necesario.

Ser un maestro excelente se conseguirá cumpliendo todo lo mencionado anteriormente, además de procurar una disposición a la formación continua, es decir, a lo largo de toda la vida: tener pasión por la lectura, estar al corriente de lo que sucede en nuestra sociedad, tener conciencia del espacio y tiempo en que se vive.


Entrar en una clase hoy en día, significa afrontar el azar, lo inesperado, lo imprevisto. Ser maestro no solo implica enseñar, sino aprender de los demás. Por ello, es bueno combinar la formación colaborativa con la autoformación. 


                                             



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