Jamás
me habría imaginado que el papel del maestro fuera tan difícil y
relevante a su vez. Gracias a las lecturas de Jaume Carbonell y otras
secundarias ¿Qué
cualidades debe tener un buen maestro? he podido profundizar en la
materia y sacar mis propias conclusiones para ser una buena
maestra.
Casi
todos nos hemos formado en una escuela tradicional, donde el maestro hacía
único uso de su libro de texto, vivía solo por y para su asignatura y tendía a
refugiarse en su aula. El maestro del siglo XXI es un ser lleno de
motivación, de entrega y creatividad, donde la innovación es sinónimo de
"maestro constructivista".
Este
profesorado innovador sabe crear entornos de aprendizaje y provocar
la curiosidad del conocimiento. No solo el aula es espacio de aprendizaje, la
cultura en sí es conocimiento. Por lo tanto, el buen profesor utilizará
diversos recursos para un aprendizaje más práctico: hará salidas a museos,
parques, espacios de cultura general o el mismo patio del colegio. Es en estos
espacios donde el alumno podrá interactuar
con otros, reflexionar y hacerse preguntas sobre el medio que les rodea.
“El conocimiento se logra a través de la experiencia”.
A mi parecer, el papel de la
escucha es muy importante. A través de ésta, podemos conocer al alumno en
profundidad: saber de dónde viene, quien es su familia, que deseos y
motivaciones tiene o que quiere lograr en la vida. El diálogo entre maestro y
alumno es fundamental.
También es muy importante educar
a través del amor y la confianza. Por esta razón, pienso que ser docente es muy
vocacional y a la vez un gran camino para la autorrealización. Si sabes guiar
al alumnado por una buena trayectoria, es decir, haciendo que éste desarrolle
al máximo sus capacidades y posibilidades; el alumnado agradecerá y valorará
esta cercanía, entrega y el ejemplo que da el buen maestro.
La mejor manera de educarles, aparte
de transmitirles los conocimientos impuestos en dicho curso, es enseñarles a
pensar, a desarrollar su córtex cerebral, a hacerles dudar, a que se hagan
preguntas. Como sostiene Jacques Rancière
en El maestro ignorante: “Este
es el secreto de los buenos maestros: a través de sus preguntas, guían
directamente la inteligencia del alumno lo bastante discretamente para hacerle
trabajar, pero no hasta el extremo de abandonarla a sí misma”.
Un valor a destacar del buen
maestro es la humildad, porque con ella podemos transmitir al alumnado que
todos somos humanos y no solo ellos se equivocan. También, hacemos uso de este
valor a la hora de introducir los alumnos más desfavorecidos en nuestra
escuela, en nuestro corazón. Como dijo Dewey: “La escuela es como una sociedad
en miniatura donde se lleva a cabo el aprendizaje de la democracia y el acceso
a una ciudadanía libre, crítica y responsable”.
Por último, y no menos
importante, destacamos Las Tecnologías
de la información y la Comunicación (TIC). El maestro ha de saber
aplicarlas e integrarlas haciendo buen uso de ellas. Éstas, brindan enormes
posibilidades para el intercambio y la cooperación, consiguiendo tres
componentes fundamentales: contenido, pedagogía y tecnología. Es el llamado modeloTPACK. Cualquier profesor que quiera impartir sus clases con tecnología, este
modelo le es fundamental y necesario.
Ser un maestro excelente se
conseguirá cumpliendo todo lo mencionado anteriormente, además de procurar una
disposición a la formación continua, es decir, a lo largo de toda la vida:
tener pasión por la lectura, estar al corriente de lo que sucede en nuestra
sociedad, tener conciencia del espacio y tiempo en que se vive.
Entrar en una clase hoy en día,
significa afrontar el azar, lo inesperado, lo imprevisto. Ser maestro no solo
implica enseñar, sino aprender de los demás. Por ello, es bueno combinar la formación
colaborativa con la autoformación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario