Una vez analizado el libro de
Antonio Zabala, 11 ideas clave. Cómo aprender y enseñar
competencias, he podido
interpretar el significado de competencia,
qué es, para qué sirve, cuáles son sus características, qué
tipos hay, qué contenidos requiere y sus metodologías.
Autora: Claudia Lete Mayans
Primeramente,
competencia es un concepto que nace del mundo laboral y formación
profesional en la década de los setenta. Ser competente implica
aplicar un conocimiento para realizar una tarea de forma eficiente.
Está claro que el mundo laboral busca personas capaces de ejecutar
tareas de manera competente, es decir, el sujeto que trabaja debe
saber lo que hace, por qué lo hace y conocer el objeto sobre el que
actúa. Además debe tener capacidad de ejecución y una actitud
favorable para aquello que realiza. Haz clic aquí para ver más
información sobre competencias laborales.
Las
competencias son introducidas por la ley educativa LOGSE (1990).
Ésta
es la definición que nos da Zabala: “ Competencia es la capacidad
o habilidad para hacer frente a situaciones diversas de forma eficaz
en un contexto determinado. Para ello; es necesario movilizar
conocimientos, habilidades y actitudes, al mismo tiempo y de forma
interrelacionada”. Con mis palabras diría que una competencia es
aquello que sé hacer para enfrentarme a problemas o conflictos de
manera rápida y efectiva en cualquier escenario de la vida humana.
El
uso del término competencia
es una consecuencia de la necesidad de superar una enseñanza
reducida al aprendizaje memorístico de conocimientos, problema grave
que comete la mayoría del profesorado.
Mi
educación ha sido tradicional y los conceptos no requerían nada más
que ser memorizados y superados en una prueba final: el examen. Esta
metodología es errónea, puesto que quién sabe, no quiere decir que
sepa hacer ni sepa ser. Sí es cierto, que la teoría es una parte
importante para ser competente, sin contenidos conceptuales es
imposible aplicar un procedimiento de manera significativa. Por
consiguiente, competencias y conocimientos van unidos de la mano,
pues cualquier situación competente siempre implica el uso de
conocimientos
interrelacionados con habilidades
y actitudes.
La
gran finalidad de las competencias es lograr la formación
integral de la persona,
esto es, desarrollar todas las capacidades que ésta posea para
intervenir eficazmente en los distintos ámbitos de la vida. Estos
ámbitos o dimensiones son el personal,
social,
interpersonal
y profesional.
En
mi opinión, las escuelas deberían formar a los alumnos en todas las
competencias para desarrollar estas cuatro dimensiones y así,
superar la función propedéutica
y selectiva.
Creo que lo ideal sería sustituir esta función por una más
orientadora,
que facilitara a los alumnos medios para que progresen según sus
posibilidades, para que creen su propio pensamiento. Enseñar de
manera competente ayuda a que los niños reciban un aprendizaje
significativo.
Éste se consigue mediante los diez principios psicopedagógicos.
Como
hemos dicho anteriormente, ser competente incluye una combinación de
hechos y principios,
conceptos,
procedimientos
y actitudes.
Según Zabala son las cuatro piernas de las competencias. A
continuación, voy a argumentar la mejor metodología para cada uno
de ellos.
Hechos
→ consiste en memorizar. La
repetición
es la mejor manera para lograrlo.
Conceptos
→
se trata de la propia definición. La manera más eficaz de
aprenderlos es con el modelo
expositivo.
Como digo yo, lo importante no es memorizar o aprender sino
comprender.
Procedimientos
→ para ello, necesitamos un modelo
como referencia. Se llevará acabo mediante la ejercitación,
realización y reflexión. Los procedimientos se aprenden al atribuir
sentido sobre un contexto real, una situación compleja.
Actitud
→ Tiene que ver con los valores
de la persona. Se consigue viviendo y reflexionando situaciones que
implican solidaridad, colaboración, tolerancia.
Una
persona será competente si sabe aplicar de manera creativa, flexible
y responsable estos cuatro contenidos. El aprendizaje de competencias
está relacionado con la condición de que los aprendizajes han de
ser funcionales
y gozar de significatividad.
Para ello, necesitamos una situación compleja y disponer de espacios
concretos.
Autora: Claudia Lete Mayans
Para
finalizar, vamos a ver los tipos de competencias. En un principio,
tenemos las llamadas primeras
competencias
que se dan en la Educación Infantil. Son las capacidades y
habilidades para lograr unas competencias básicas en Primaria.
Competencias
básicas
→ aquello que es considerado “básico” y que se enseña en la
educación obligatoria, es decir, las etapas de Educación Primaria y
E.S.O.
Competencias
específicas
→ tienen un enfoque más especializado. Se da en la etapa de
Bachillerato. Aquí el alumno elige si prefiera una educación
orientada al entrono social o al científico.
Competencias
profesionales →
enfocados a las distintas disciplinas que se ofrecen en las
universidades para formarse hacia un trabajo responsable.
Después de toda esta explicación de competencias, me doy cuenta de lo importante que es saber formarse desarrollando todas las capacidades del ser humano para lograr un aprendizaje significativo. Cuando sea maestra, haré todo lo posible para instruir a mis alumnos de la manera más competente posible. Recreándoles situaciones de la vida real y enseñándoles a aplicar unos procedimientos eficientes con una actitud positiva. Quiero que vengan a mis clases con ganas de aprender, con ganas de querer formarse para ser una persona competente en todos los ámbitos de la vida; para ellos mismos, para la sociedad y de cara a la futura profesión a la cual se dedicarán.
Uno de los problemas principales para el desarrollo de las competencias en las escuelas es el espacio, junto con el tiempo. En mi opinión, no solo el aula debería ser el espacio de conocimiento, al fin y al cabo, la vida es sabiduría, el conocimiento está en un parque, en una biblioteca, en un bosque, en el mar o en un museo.
La educación puede ser más utópica de lo que podamos imaginar, lo importante es hacer camino, y seguir haciéndolo durante toda la vida.
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